Macerar la carne con la cola de cebolla para dar un sabor distinto
He visto el otro día en un programa de Karlos Arguiñano como hacía un guiso. Todo bien hasta que vi como cortaba la cebolleta en dos y tiraba a la basura la cola (partes de verde y blanca). ¡Que horror! Cómo se puede tirar la comida así. Esa cola tiene muchas aplicaciones que puede degustar nuestro paladar.
Sopa de arroz, la cebolleta se añade al servir, como a muchas otras sopas, para decorar y dar un toque de sabor.
En la cocina asiática, no se tira casi nada del animal o la verdura. Al ser prácticos y pobres,se considera que siempre se puede utilizar cualquier parte para algún plato. La cebolleta, para mí es un buen sustituto de los ajetes, y se encuentra abundantemente en Asia hasta hace poco en España. Además los ajetes siguen siendo caros, así que los utilizo solo de vez cuando. Aunque es un poco más fuerte que el ajete, va muy bien para cocinarla.
Huevos de codornices decorados con la cola de cebolla
Hay dos maneras de comerla o prepararla: servirla cruda como condimento para decorar el plato, cocinarla como ingrediente. Cruda, puede tener un sabor fuerte, por eso se corta muy fina para suavizar el sabor. Cuando se cocina, da un sabor más suave a la cocción.
La próxima vez que corte esta cola, piense qué utilidades podría darle en la cocina.
Recetas asiáticas fáciles - en menos de 5 pasos 
hola chef!! yo tambien pienso como se tiren la mejor parte de la cebolla tierna (la parte verde!!!) y tambien de los puerros…me encanta tu blog…its amazing…. un abrazo
Gracias Nitu!
Muy bien!! Yo nunca entendí como en españa aprovechan hasta la nariz u hocico del cerdo y luego las verduras las des aprovechen y mas esta que rinde tanto en guisados y sopas. Muchas gracias por tu aporte!!
Por supuesto. Las verduras son las más sanas que hay en nuestra comida. En Vietnam, se comen las hierbas que nunca se ven o saborean que pueden ser vistos como hierbas salvajes e incomestibles pero contienen propiedades buenas para la salud. Voy a presentarlas al tiempo en este blog. ¡Gracias, Darío, por tu comentario!